Capitulo 1: Engañado de manera ingeniosa.
Era la
primera vez que tenía que ir a una escuela alejada de mi hogar, desde el preescolar
hasta la secundaria he podido ir a escuelas que no quedaban a más de dos
cuadras de mi casa, pero ahora que he podido ingresar a uno de los mejores
preparatorias del estado tuve que mudarme, por lo que está también sería la
primera vez que vivo solo.
Mi
nombre es Sebastián y tengo 15 años, en verdad no soy un buen estudiante ni una
persona muy atlética, pero me esforcé para el examen de admisión y creo que también
tuve algo suerte. Pero la suerte no me duraría
tanto, ya que fue toda una odisea el poder encontrar un departamento cerca de
mi nueva escuela, estuve viendo varios lugares de renta pero la mayoría ya habían
sido ocupados, hasta que me topé con aquella extraña chica en una tienda de
conveniencia ella estaba leyendo una revista mientras yo compraba una bebida porque
aquel día hacia demasiado calor, ella parecía de mi edad y tenía una apariencia
desalineada, cabello corto y ondulado, piel de tez blanca, estatura promedio,
ojos adormilados, usaba blue jeans, blusa blanca y sandalias, además de tener
una risa demasiado estruendosa, tanto que cuando reía todos en la tienda
volteaban a verla. Ya que además de comprar la bebida también tenía que comprar
el periódico del día para seguir buscando departamento, así que me acerque a donde
estaba ella y de repente se me escapo un suspiro y unas palabras
– ¿Porque
no puedo encontrar casas en renta cerca de la preparatoria? – Fue lo que me acuerdo que dije en voz
baja, pero no pensé que ella pudiera escucharme, la oí decir:
– Sí
quieres un lugar en donde vivir yo sé un buen lugar, no cobran mucho y queda
cerca de la preparatoria.
Me la
quede observando por un momento, pero ella no volteo a verme solo seguía leyendo
su revista después la escuche decir:
– Veo que no estas interesado – Así que dejo la revista en el aparador y salió de la tienda.
– Veo que no estas interesado – Así que dejo la revista en el aparador y salió de la tienda.
– ¡Espera
un momento! – Le grite, así que ella volteo me vio y siguió caminando
indiferentemente.
– Espera
por favor en verdad estoy interesado, si lo que me dices es cierto, que el
lugar que mencionas está cerca de la preparatoria y además en buen costo. En serio
estoy muy interesado.
Entonces
se detuvo y se acercó hacia mí con gran seguridad pero con sigilo, como cuando
un gato hasta a punto de atrapar a su presa, y por supuesto la presa era yo.
–Bueno
te podre decir dónde queda ese lugar si me respondes unas sencillas preguntas –
Me dijo con una voz seria y segura, de la misma forma que un general le habla a
sus subordinados.
Por lo
que respondí:
–Si
puedes hacerme las preguntas que quieras siempre y cuando me prometas que en
realidad me dirás dónde queda ese lugar y no estas bromeando con migo – se lo
dije con el tono más formal y directo que pude, ella entonces sonrió y se acercó
más a mí.
–Bien,
estas son las preguntas y según las respuestas te lo podre decir.
–Primero,
¿Quiero saber si sabes cocinar y sí también sabes hacer labores domésticas? – Me quede sorprendido, no sé a qué venían esas preguntas, pero le conteste:
–Si... se
cocinar, no muy bien pero he aprendido un poco cuando era pequeño, además también se
hacer labores domésticas, pero no sé a qué viene al caso esas preguntas – así que
ella volvió a mírame con una sonrisa un poco escalofriante y me dijo con voz
triunfadora:
–Sígueme
en este momento te llevare a donde te prometí.
No tuve
otra opción más que seguirla, primero pasamos por unos callejones, después por
un parque, después por una zona comercial, yo ya empezaba a sospechar que solo
estaba jugando con migo hasta que pasamos enfrente de la preparatoria, por lo
que me quede parado enfrente observando la inmensidad de su fachada hasta que oí
sus gritos – ¡He que tanto estás haciendo, deja de estar ahí como un tonto y
continua caminado, ya tendrás más tiempo
para contemplar ese horrible edificio! – en realidad ella no era una chica no
muy educada, pero si no fuera por mi necesidad de alojamiento, yo me hubiera
alejado de ella.
Después
de diez minutos que dejamos atrás la preparatoria estatal, por fin llegamos a
una casa de fachada deplorable, pero más grande que las casas que la rodeaban. Ella
abrió un gran portón y me invito a
entrar al jardín frontal.
–Mira
esta es la casa que te dijé, tienen en renta una habitación así que entra, yo
pasare primero para hablar con la dueña y cuando te avise podrás entrar al
recibidor de la casa.
No
tardo mucho tiempo cuando me llamo a que entrara en el recibidor, así que entre,
pero una vez entrando al interior de la casa ella cerró la puerta y me pidió que
me sentara en el sillón, en la mesa de centro había un vaso con jugo de
naranja.
–Si
tienes sed puedes tomar, en un momento veras a la dueña – Me dijo la chica.
Así que
tome un gran sorbo del jugo, que por lo cierto sabía muy amargo, momentos después
sentí que me mareaba, me levante del sillón, pero todo a mi alrededor daba
vueltas, había puesto una pastilla para dormir en la bebida, y caí inconsciente
en el sillón.
No sé cuándo
tiempo estuve dormido, pero cuando desperté estaba amarrado en una silla, y la
chica estaba sentada enfrente de mi con una sonrisa malevolente, como la del
niño que se alegra de haber atrapado a un saltamontes.
Mi
primera impresión fue de enoje por lo que le grite:
–¡Me
engañaste, me dijiste que me llevarías a un lugar para alojarme!
–Pero
en esta casa podrás alojarte – me dijo con una dulce voz sarcastica.
–Entonces
donde está la dueña del hogar y por qué me has amarrado.
–¡Yo soy
la dueña! – me dijo alegremente – además te amarre porque no quiero que mi nuevo
mozo se escape.
No lo
pude creer, mi primera semana buscando vivienda y a una semana de iniciar el curso
escolar… ¡había sido secuestrado! Y por una chica
loca.
Cuando
yo pensaba que todo ya me había salido mal, se escuchó que alguien habría el portón,
caminaba por el jardín y finalmente se abrió la puerta de la casa.