jueves, 20 de marzo de 2014

Capitulo 1: Engañado de manera ingeniosa.


Era la primera vez que tenía que ir a una escuela alejada de mi hogar, desde el preescolar hasta la secundaria he podido ir a escuelas que no quedaban a más de dos cuadras de mi casa, pero ahora que he podido ingresar a uno de los mejores preparatorias del estado tuve que mudarme, por lo que está también sería la primera vez que vivo solo.
Mi nombre es Sebastián y tengo 15 años, en verdad no soy un buen estudiante ni una persona muy atlética, pero me esforcé para el examen de admisión y creo que también tuve algo  suerte. Pero la suerte no me duraría tanto, ya que fue toda una odisea el poder encontrar un departamento cerca de mi nueva escuela, estuve viendo varios lugares de renta pero la mayoría ya habían sido ocupados, hasta que me topé con aquella extraña chica en una tienda de conveniencia ella estaba leyendo una revista mientras yo compraba una bebida porque aquel día hacia demasiado calor, ella parecía de mi edad y tenía una apariencia desalineada, cabello corto y ondulado, piel de tez blanca, estatura promedio, ojos adormilados, usaba blue jeans, blusa blanca y sandalias, además de tener una risa demasiado estruendosa, tanto que cuando reía todos en la tienda volteaban a verla. Ya que además de comprar la bebida también tenía que comprar el periódico del día para seguir buscando departamento, así que me acerque a donde estaba ella y de repente se me escapo un suspiro y unas palabras
– ¿Porque no puedo encontrar casas en renta cerca de la preparatoria? – Fue lo que me acuerdo que dije en voz baja, pero no pensé que ella pudiera escucharme, la oí  decir:
– Sí quieres un lugar en donde vivir yo sé un buen lugar, no cobran mucho y queda cerca de la preparatoria.
Me la quede observando por un momento, pero ella no volteo a verme solo seguía leyendo su revista después la escuche decir:
 – Veo que no estas interesado – Así que dejo la revista en el aparador  y salió de la tienda.
– ¡Espera un momento! – Le grite, así que ella volteo me vio y siguió caminando indiferentemente.
– Espera por favor en verdad estoy interesado, si lo que me dices es cierto, que el lugar que mencionas está cerca de la preparatoria y además en buen costo. En serio estoy muy interesado.
Entonces se detuvo y se acercó hacia mí con gran seguridad pero con sigilo, como cuando un gato hasta a punto de atrapar a su presa, y por supuesto la presa era yo.
–Bueno te podre decir dónde queda ese lugar si me respondes unas sencillas preguntas – Me dijo con una voz seria y segura, de la misma forma que un general le habla a sus subordinados.
Por lo que respondí:
–Si puedes hacerme las preguntas que quieras siempre y cuando me prometas que en realidad me dirás dónde queda ese lugar y no estas bromeando con migo – se lo dije con el tono más formal y directo que pude, ella entonces sonrió y se acercó más a mí.
–Bien, estas son las preguntas y según las respuestas te  lo podre decir.
–Primero,  ¿Quiero saber si  sabes cocinar y sí también sabes hacer labores  domésticas? – Me quede sorprendido, no sé  a qué venían esas preguntas, pero le conteste:
–Si...  se cocinar, no muy bien pero he aprendido un poco cuando era pequeño, además también se hacer labores domésticas, pero no sé a qué viene al caso esas preguntas – así que ella volvió a mírame con una sonrisa un poco escalofriante y me dijo con voz triunfadora:
–Sígueme en este momento te llevare a donde te prometí.
No tuve otra opción más que seguirla, primero pasamos por unos callejones, después por un parque, después por una zona comercial, yo ya empezaba a sospechar que solo estaba jugando con migo hasta que pasamos enfrente de la preparatoria, por lo que me quede parado enfrente observando la inmensidad de su fachada hasta que oí sus gritos – ¡He que tanto estás haciendo, deja de estar ahí como un tonto y continua caminado,  ya tendrás más tiempo para contemplar ese horrible edificio! – en realidad ella no era una chica no muy educada, pero si no fuera por mi necesidad de alojamiento, yo me hubiera alejado de ella.
Después de diez minutos que dejamos atrás la preparatoria estatal, por fin llegamos a una casa de fachada deplorable, pero más grande que las casas que la rodeaban. Ella abrió un gran portón y  me invito a entrar al jardín frontal.
–Mira esta es la casa que te dijé, tienen en renta una habitación así que entra, yo pasare primero para hablar con la dueña y cuando te avise podrás entrar al recibidor de la casa.
No tardo mucho tiempo cuando me llamo a que entrara en el recibidor, así que entre, pero una vez entrando al interior de la casa ella cerró la puerta y me pidió que me sentara en el sillón, en la mesa de centro había un vaso con jugo de naranja.
–Si tienes sed puedes tomar, en un momento veras a la dueña – Me dijo la chica.
Así que tome un gran sorbo del jugo, que por lo cierto sabía muy amargo, momentos después sentí que me mareaba, me levante del sillón, pero todo a mi alrededor daba vueltas, había puesto una pastilla para dormir en la bebida, y caí inconsciente en el sillón.
No sé cuándo tiempo estuve dormido, pero cuando desperté estaba amarrado en una silla, y la chica estaba sentada enfrente de mi con una sonrisa malevolente, como la del niño que se alegra de haber atrapado a un saltamontes.
Mi primera impresión fue de enoje por lo que le grite:
–¡Me engañaste, me dijiste que me llevarías a un lugar para alojarme!
–Pero en esta casa podrás alojarte – me dijo con una dulce voz sarcastica.
–Entonces donde está la dueña del hogar y por qué me has amarrado.
–¡Yo soy la dueña! – me dijo alegremente – además te amarre porque no quiero que mi nuevo mozo se escape.
No lo pude creer, mi primera semana buscando vivienda y a una semana de iniciar el curso escolar… ¡había sido secuestrado! Y por una chica loca.

Cuando yo pensaba que todo ya me había salido mal, se escuchó que alguien habría el portón, caminaba por el jardín y finalmente se abrió la puerta de la casa.